Helena,
considerada la mujer más bella de la Tierra, estaba recién casada con Menelao,
Rey de Esparta, quien, en complicidad con su hermano Agamenón, buscaban una
razón para justificar su deseo de saquear la ciudad de Troya.
La
oportunidad se presentó cuando Paris, Príncipe de Troya, llegó de visita a la
ciudad de Esparta. Entonces, Menelao y Agamenón tejieron un plan para lograr
que Helena fuera seducida por el apuesto príncipe, cosa que sucedió muy pronto
con la ayuda de Afrodita, diosa del
amor.
Los nuevos
enamorados escapan rumbo a Troya para huir de las consecuencias, pero Menelao y
Agamenón construyen la excusa perfecta y cuentan la fuga como un secuestro. Es
así como consiguen el apoyo de otras ciudades griegas para formar un ejército
poderoso, que declara la guerra a los troyanos.
La Guerra de
Troya duró diez años. Homero cuenta sus emotivos episodios en su epopeya
magistral. El final –que es el principio de su poema épico La Odisea–, es el saqueo y el incendio de la gran ciudad
troyana.
Ahora ya
sabes por qué ¡Ardió Troya! es una
frase hecha que en nuestros días significa un gran problema, un lío monumental.
Gracias por visitarnos. Nos vemos en la próxima.
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