viernes, 13 de mayo de 2016

¡Ardió Troya!


 
La caída de Troya. Obra de Johann Georg Trautmann

Helena, considerada la mujer más bella de la Tierra, estaba recién casada con Menelao, Rey de Esparta, quien, en complicidad con su hermano Agamenón, buscaban una razón para justificar su deseo de saquear la ciudad de Troya.

La oportunidad se presentó cuando Paris, Príncipe de Troya, llegó de visita a la ciudad de Esparta. Entonces, Menelao y Agamenón tejieron un plan para lograr que Helena fuera seducida por el apuesto príncipe, cosa que sucedió muy pronto con la ayuda de  Afrodita, diosa del amor.

Los nuevos enamorados escapan rumbo a Troya para huir de las consecuencias, pero Menelao y Agamenón construyen la excusa perfecta y cuentan la fuga como un secuestro. Es así como consiguen el apoyo de otras ciudades griegas para formar un ejército poderoso, que declara la guerra a los troyanos.

La Guerra de Troya duró diez años. Homero cuenta sus emotivos episodios en su epopeya magistral. El final –que es el principio de su poema épico La Odisea–,  es el saqueo y el incendio de la gran ciudad troyana.

Ahora ya sabes por qué ¡Ardió Troya! es una frase hecha que en nuestros días significa un gran problema, un lío monumental.


Gracias por visitarnos. Nos vemos en la próxima.